lunes, 4 de julio de 2011

Y se rompió el romanticismo

Tal y como están las cosas hoy en día, cada vez es más difícil encontrar personas que se guíen por los tradicionales arquetipos románticos que tanto explotó la industria cinematográfica hace unos años. Sin ir más lejos, hay quien suele decir que éste es un comportamiento retógrado de índole machista donde el hombre es el conquistador, y la mujer la conquistada.

Obviamente, esta visión se rige por un patrón establecido por nuestra dichosa sociedad, que tiende a encasillar todo, incluso los comportamientos, pero se olvida de que la evolución y el paso del tiempo afectan a todo, incluídos los comportamientos encasillados.

Está claro que la línea divisoria que diferenciaba lo masculino de lo femenino cada vez es más delgada, rigiéndose más por cuestiones físicas, a veces se entrecorta y otras incluso desaparece por completo. No es cuestión de evaluar si esto es bueno o malo (no entraremos "al trapo" en esta entrada), sino de que cada vez el cambio es más perceptible.

Con éste, inevitablemente se producen otros cambios que son consecuencia del primero, antecedentes de los siguientes y así sucesivamente, eso de lo que tanto se habla de causa-efecto o principio de causalidad (tampoco entraremos en este debate, de momento :P). Siendo así, sería fácil entender que lo que ahora llamamos romanticismo ya no es lo que era, ni se basa en los mismos principios, estereotipos o patrones de conducta. Dicha progresión disguta o agrada a propios y extraños (para gustos colores), pero sin duda sigue habiendo gente que no entiende o no ve este cambio, y por supuesto están los que les da igual, que jamás han creído en el romanticismo.

El caso es que para bien o para mal, los románticos son una especie en vías de extinción, de esos que cuesta mucho encontrar y que de hecho, por inercia, mucha gente tiende a rechazar, como si resultara que ahora no fuese un comportamiento deseable.

Parte de la culpa la tienen las muchas personas que piensan que el sentimentalismo genera dependencia, roza la "pesadez" y es el culpable de muchas de las penurias que las personas, en su infinita comprensión de las relaciones humanas, sufren constantemente. Pero lo que sin duda alguna no se tiene en cuenta en estas cuestiones, cosa habitual entre los humanos que tendemos a acordarnos sólo de "lo malo", es la parte positiva de todo ello.

Si si, eso que ocurre cuando dos personas se conocen, se entienden, están plenamente compenetradas y que con una actitud romántica se logra elevar la experiencia a la enésima potencia. Seguramente algunos dirán que no es necesario tener esa actitud para disfrutar de una relación, y entonces yo les diría que esa respuesta se debe a que no lo han experimentado.

Y es que echando la mirada hacia atrás, todos los mejores recuerdos que tengo se refugian en el paraguas de los sentimientos, el cariño y situaciones inolvidables. Como una mirada enfrentada donde todo cuanto te rodea desaparece, el tiempo parece detenerse por unos instantes, cruzan pensamientos entre tus ojos y los suyos, expresando todo y sin decir nada.

Por todo ello (y mucho más que me reservo el derecho a no contar), invito a todos los que leéis esto, a que si tenéis la oportunidad de vivir esa o similares experiencias, no la dejéis de probar, no os arrepentiréis. Rompamos con los tópicos y los prejuicios hacia el romanticismo en lugar de apartarnos de él.

PD: Dedicado a aquellos que constantemente se mofan de mi por decir que soy un romántico y me tachan de empalagoso para arriba. Sin duda ellos sabrán apreciar las bondades de esta entrada.

6 comentarios:

  1. ..."cruzan pensamientos entre tus ojos y los suyos, expresando todo y sin decir nada."
    qué cosa más bonica y más bien dicha...
    ese momento mágico que siempre se recuerda y te roba una sonrisa sin que te des cuenta...
    toda la razón NeoVasili, estamos perdiendo el romanticismo ;)

    ResponderEliminar
  2. Una auténtica pena en mi humilde opinión. Suerte que quedamos algunos dispuestos a luchar porque eso no ocurra ;)

    ResponderEliminar
  3. (No me dejó editar antes)

    Creo que habría que distinguir el arquetipo de romántico. Si hablamos del loco que siempre regala rosas, te toca una canción delante de todos... cosas que a base de salir en tantos sitios han sido repudiadas y mucha gente considera asqueantes...

    O si vamos a un plano sentimental al máximo. Hablar con la mirada, compartir silencios, que unas caricias o cariños no sean solo en la intimidad... Pero en el fondo, parece que ahora es más complicado, y en muchas relaciones, se disfruta a medio gas, ya sea por no tener una oportunidad mejor con otra persona más adecuada, o simplemente, por el miedo a que te destrocen el corazón totalmente. Porque el miedo, ya sea por que miren mal, o sobretodo, porque lo des todo en una relación y salga mal, juega una baza muy importante en todo esto.

    Sin embargo, y por suerte, sigue habiendo soñadores, que convierten en realidad lo que sueñan y sienten. Ojalá todos tuviesen la oportunidad de disfrutar de una relación tan pura como de la que hablas.

    ResponderEliminar
  4. Sin duda, extremistas los hay en todas partes, para lo bueno y para lo malo, pero ese no debe de ser un motivo para mostrar rechazo ni para degradar ese arquetipo del que hablábamos.

    El miedo, sí que es cierto que es un factor condicionante y es más difícil de vencer. Sin embargo, si tenemos miedo y pensamos que no podemos superarlo eso nos induce a temer aún más, atrapándonos por tanto en un inexorable círculo vicioso donde ninguna de las partes "regala" y obviamente se pierde toda posible recompensa.

    Aún así, la motivación que rige a estos "soñadores" trasciende más allá de toda posible recompensa y se centra en la sensación en sí misma; esa sensación que tanto anhelamos y que aunque no a todos se nos brinde la oportunidad de experimentar, no debemos dejar de perseguir.

    ResponderEliminar
  5. Ya ha pasado tiempo, pero me ha hecho gracia encontrar esto por ahí, a pesar de quien viene la frase, todo un ejemplo de varias caras y papeles:

    "Ser romántico no tiene nada que ver con cenar a la luz de las velas y recitar versos de Neruda bajo la luna llena. Eso es cursilería, pero no romanticismo. El verdadero romanticismo consiste en ser incoherente con alguno de tus principios, romperlos y traicionarlos de cabo a rabo, y hacerlo todo por amor a alguien.

    Que la muerte te acompañe.
    Risto Mejide."

    ResponderEliminar

Escribe lo que desees, pero respeta las opiniones de los demás y sobre todo la ortografía y la gramática de nuestro fabuloso idioma. Recuerda que éste es un rincón para los amantes de la escritura y la lectura :)