jueves, 9 de junio de 2011

Estrenando zapatos

Fecha original: miércoles 8 de junio de 2011

Con una mano en el ratón, otra en el teclado, y armado hasta los dientes con miles de vocablos impertinentes, se presenta servidor en un nuevo medio de difusión de ideas, reflexiones y paradojas lingüísticas.

Para formalizar el asunto, diremos que este blog es un punto de encuentro para aquellas entradas perdidas que en determinados momentos de mi vida, normalmente propiciados por algún estímulo específico, redacto en modo automático. Y es que como puede leerse en mi anterior "muro de las lamentaciones" (veáse http://www.facebook.com/juanmanuelruizfernandez?sk=notes) me vanaglorio de ser un buen amante de la escritura, plasmando mis reflexiones palabra escrita mediante, sin ninguna piedad con los lectores desaprensivos que se atreven a introducirse en la inmensa profundidad de mis escritos.

Hecha pues la presentación, encontraréis observaciones, reflexiones, ideas, pensamientos, blasfemias y otras construcciones sintactico-semánticas de lo más variopintas, casi todas ellas relacionadas de un modo más o menos directo con la ciencia, pues me hice con esa mente cuadriculada que tanto se nos concede a "los de ciencias", exceptuando el hecho de que las líneas que delimitan dicha cuadrícula son tan difusas como la propia definición del pensamiento humano.

Un asunto casposo desde el que suelo emprender mis aventuras escritas, pues no veo tema más fascinante que el que ocupa el entendimiento de nuestros pensamientos. Es la base de todo cuanto hacemos, nos permite creer que tenemos conciencia y actuar en consecuencia. Además nos empuja a establecer una serie de vínculos con nuestros semejantes que se ven incluso clasificados por el efecto de este pensamiento sobre eso que conocemos como sociedad (suciedad como dirían algunos) cuando en realidad no importa la existencia del vínculo en sí mismo, sino lo que ello implica.

Cada cual se forja una idea sobre esto y aunque una mente es tan independiente de otra como lo es un ladrillo de un zapato, siempre existe al menos un elemento común: las personas (también es aplicable al caso del ladrillo y el zapato). Si, esos seres erguidos que revolotean a nuestro alrededor, algunos más dignos de tal denominación que otros, pero en definitiva personas, seres influyentes e influidos, con pensamientos, ideas, reflexiones y otra serie de características, que ponen de manifiesto su importancia y suelen ser por tanto parte del objeto de estos pequeños relatos que me atrevo a compartir con vosotros.

Como punto y a parte para este nuevo blog, me gustaría incidir en el carácter despreocupado de estas entradas, pues sólo pretendo compartir mi insidiosas palabras con aquellos que deseen leer un rato y por qué no, dejarse contagiar por ellas para tal vez ejercer del mismo modo tan recomendable tarea mental de reflexión. ¿Será peligroso? Ya lo veremos.

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