jueves, 9 de junio de 2011

Muerte y dolor

Fecha original: miércoles, 08 de septiembre de 2010

Hoy me veo obligado a alzar mi frustrada voz por todos los canales posibles, con la esperanza de que el eco de ésta resuene tanto en el infinito que logre apaciguar la furia de la bestia que en mi interior descansa, silenciosa, acechando el momento oportuno para salir.

Muchos de mis amigos y compañeros me han preguntado varias veces que por qué tengo la elegante costumbre de decir la frase que titula esta entrada, y es que, tras un breve análisis semántico, no se corresponde el orden de los factores de dicha sentencia con la oportuna realidad que precede a la muerte.

En mil intentos por hacerles ver que se trata de una cuestión de reducir la ira que me sobreviene en los momentos complicados, nunca les he explicado la verdadera naturaleza de tan casposas palabras. Hoy, día 8 de septiembre del 2010 en el que se celebra el día de Extremadura, voy a relatar la curiosa historia que se esconde tras éste enigma.

Y es que a veces es mejor no levantarse de la cama, porque da igual lo que tengas que hacer, lo que desayunes, si el aire que respiras es puro o más contaminado que el que sale directamente de los tubos de escape...hay días en los que te levantas con ese pequeño "clic" que te hace que todo te salga mal, y después de que piensas que no puede ir peor...otra cosa sale mal...y otra....y otra...y entonces...un intenso calor invade tus vísceras y se aproxima irremediablemente hacia la cabeza.Algunos lo descargan con el primero que se encuentran, otros, menos sutiles, golpean los objetos que más cerca tienen (véase el vídeo) hasta acabar con la ira que llevan dentro.

Yo, sin dejar de lado la no-sutileza de éstas prácticas, siempre he preferido despotricar acaloradamente aprovechando la gran cantidad de vocablos de carácter diabólico-demoníacos que pueden encontrarse en nuestra lengua (y alguna otra...)

De este modo y durante uno de estos arrebatos no lograba mediar palabra debido al atolladero de palabras que trataban de salir al mismo tiempo por el mismo sitio.

Entonces, sin quererlo, se entremezclaron todos  los sentimientos evocados por una posible insidiosa muerte y los que precederían al más intenso de los dolores -> "Muerte y dolor"

Instantes después aparecía una familiar sensación de paz y calma. Es como si se hubiera presionado el botón de "reset" y todas aquellas ideas frustrantes hubiesen quedado atrás. La bestia había sido apaciguada.Son, cuando menos, curiosas las soluciones que inconscientemente buscamos para resolver estas situaciones, pero más curioso aún es saber que funcionan.

¿Acaso hay alguien que no haya tenido nunca un mal día?

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